jueves, 6 de noviembre de 2008

introspección

Creo que al fin y al cabo todos los mortales queremos lo mismo. Ser requete felices. Y la felicidad no se vive, sino por contraste. Es decir, si uno deja de ser feliz puede en algún momento de su vida apreciar lo que fue.
La felicidad son pequeños momentos, ma!
Sueño sueños realizables. Que las mujeres tengamos las mismas posibilidades. Sueño que el combate no sea eterno, que esté más a la mano. Que el cielo de estrella nos cobije por igual. Y claro que sueño con un abrazo que llegará pronto a cantarme, como lo hizo alguna vez mi madre, como el rumor del mar, para que mis dudas se callen y para que me duerma lenta y en paz

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